lunes, 25 de septiembre de 2017

CRÓNICA 23/09/17

Queridos hermanas y hermanos:

Este día sábado estuvo signado por el viaje, de la mayoría de nosotros, a la audiencia privada que el papa nos concedía. Por tanto todos los preparativos estuvieron orientados hacia ello. Decimos de la mayoría, porque no era algo obligatorio. Algunos debieron quedarse por trabajos, otros por razones que les pedía su salud en un día que sería intenso y algunos otros, a quienes amedrentan estas concentraciones masivas o por su libre opción personal.

La jornada comenzó con el oficio de laudes en horario habitual y después de un tiempo prudencial teníamos los cuatro buses esperándonos en la puerta de la Domus Pacis, con sus respectivos responsables pasando lista (para que nadie se olvidara o se perdiera a la vuelta…). Los buses estaban organizados por lenguas.

El día fue realmente inmejorable, en lo que al clima refiere. Llegamos a un estacionamiento de buses a unas cuantas cuadras de nuestro destino, la puerta de bronce al costado izquierdo de la columnata de la plaza San Pedro. Arribamos a horario y comenzó una peregrinación interna comenzando a circular por los bordes de los jardines vaticanos, costado izquierdo y detrás de la basílica, para ingresar a través de patios internos y a través de grandes pasillos y escalinatas con subidas y bajadas para  encontramos en la Sala Clementina, preparada al efecto. Unos se sentía un “muy importante” tan bien tratado por el personal de recepción y ceremonial, con todos sus atuendos, sin contar con el cuidado pintoresco de la guardia suiza. 

Una vez en la sala esperamos muy poco y se hizo presente la deseada presencia del Pastor Universal, nuestro Papa. Les enviamos este link del video noticioso que lo sintetiza

http://www.ctv.va/content/ctv/it/news/articoli/papa-monaci-23-09-2017.html

El encuentro con Él fue muy equilibrado, en cuanto al tiempo que nos concedió. Después de su primer saludo al abad general, vino un discurso de presentación y apertura por parte de D. Eamon. Francisco nos leyó sus palabras, como una síntesis de nuestra espiritualidad y misión perenne y actual para la Iglesia. Pasamos luego a los saludos personales que nos regaló, con mucha cercanía y afecto. D. Eamon le iba presentando cada hermano o hermana y su procedencia, a lo que cálidamente el Santo Padre correspondía cariñosamente, sin permitírsenos arrodillar, según instrucciones previas. De todos y cada uno de los encuentros se tendría las fotografías oficiales… para luego todos a buscarlas como recuerdo inolvidable…

Al terminar dicho bella experiencia, celebramos la Santa Misa votiva de los Apóstoles Pedro y Pablo, en el altar que se encuentra detrás del altar mayor, debajo del trono principal, con una gran sillería donde nuestra asamblea se situó. Contamos con la animación de una escola propia, dirigida por D. Patrick Olive y con el acompañamiento de órgano, D. Richard Purcell y nuestras hermanas flautista, Md. Maria Gratia Adler y clarinetista, Hna. Annie Poultier, que hicieron más preciosa la celebración en inglés. Presidieron D. Eamon Fitzgerald y D. Bernardo Olivera (homilía español) con el diaconado de Hno. Rubén Lacón. Por supuesto que la buena marcha de todo estuvo en manos de D. Hugues Chapelain de Seréville, en lengua inglesa.

Luego fuimos a la Piazza del Resorgimento, donde se nos distribuyó unas viandas para que no desfalleciésemos. Por supuesto que era muy pintoresco ver a tantos pingüinos juntos merodeando por Roma, en toda nuestra peregrinación. Así tuvimos unas dos o tres horas para pasear donde uno quisiere, por supuesto sin olvidar las heladerías que hay en todas partes. Al subir a los buses, el cansancio si hizo sentir y algunos ronquidos también. Todo transcurrió con normalidad en el regreso a Asís. DEO GRATIAS

Los delegados de REMILA